Chapter 234
Capítulo 234
“Es que… es que Pilar dijo que anoche bebiste por ella, ayer por accidente vi que te agradecía por WhatsApp, y hoy me invitó a salir, haciendo especial mención de eso.”
Sofía finalmente terminó de hablar.
Rafael, confundido por esa situación tan absurda, se sintió enormemente injustificado.
De repente, al recordar a Pilar, una sombra de frialdad cruzó por sus ojos, estaba sorprendido de que, después de tantos años, ella hubiera adquirido ese tipo de habilidades.
“Amor, yo ni siquiera sabía que ella estaría allí anoche. Si lo hubiera sabido, definitivamente no habría ido.”
Sofía lo miró con cierta incredulidad.
Rafael levantó la mano jurando, “Te lo juro, de verdad, ¿cómo iba a cubrirle a ella? Si no me crees, llamo al Sr. Sánchez para confrontarlo. Y si miento, entonces yo…” Text property © Nôvel(D)ra/ma.Org.
Antes de que Rafael pudiera terminar, Sofía se lanzó hacia él, tapándole la boca, “No digas más, te creo.”
Rafael aprovechó para tomar su mano, y depósito besos en la palma.
“Amor, ¿todo este malentendido te ha tenido infeliz hoy?”
Un poco avergonzada, Sofía asintió. “Sí, temía que, como hace cuatro años, termináramos divorciándonos otra vez.”
Rafael suspiró suavemente, abrazándola fuertemente, con su barbilla apoyada en la cabeza de Sofía dijo, “Amor, te amo solo a ti, no habrá nadie más. Si algo te preocupa, pregúntame directamente, no te lo guardes todo para ti, ¿está bien?”
“Está bien.” Sofía asintió en respuesta a Rafael.
Para evitar futuros malentendidos, Rafael, para comprometerse seriamente entre ellos, estableció unas reglas básicas.
Debían confiar el uno en el otro y no dejarse influenciar por terceros. Antes no habían aprendido sobre eso, pero en ese momento, debían aprender juntos cómo cultivar su matrimonio. Tratarse con sinceridad el uno al otro, y abordar los problemas directamente para crecer y progresar juntos.
Debían hablar abiertamente sobre sus inquietudes, evitando el silencio y la indiferencia. La comunicación era clave para una relación más armoniosa e íntima.
Si surgiera algún problema, era crucial darle al otro la oportunidad de explicarse.
Escuchando a Rafael explicarse, Sofía no pudo evitar reírse. En su matrimonio, ambos habían aprendido a crecer.
Rafael, al concluir, no olvidó agregar que jamás se debía mencionar la palabra “divorcio“.
“¡Qué dominante!”
“Es que soy dominante, de todas formas, no pienses en dejarme.”
Riendo y jugueteando, sonó el teléfono, la comida había llegado.
Rafael fue a abrir la puerta para recibir la comida, mientras Sofía fue a la habitación a llamar a los niños para que se lavaran las manos y cenaran. La comida de Cocina Derqui era realmente buena;
Rafael ordenó cerdo a la brasa, camarones con fideos, sopa de hongos, loto salteado y pato asado, siendo este último especialmente el más famoso
El empaque de la comida era exquisito; ni una gota de sopa se había derramado.
La familia disfrutó de una cena armoniosa.
Leonardo y Noelia mostraban un amor particular por el pato asado, comiéndolo repetidamente.
Sofía no pudo evitar intervenir, “No deberían comer tanto por la noche, les caerá pesado.”
“Pero es que está muy rico, mamá~ Noelia se quejó, aprovechando para llevarse otro trozo de cerdo a la boca.
Rafael, indulgente, sonrió diciendo, “Entonces, nos acostaremos un poco más tarde para poder digerir la comida.
Sofía le lanzó una mirada reprochadora. Siempre era él quien cedía.
*De todas formas, lo que cocinas tú es lo más rico.” Rafael, captando la señal de su esposa, añadió rápidamente para congraciarse
Después de cenar, Sofía llevó a los niños a bañarse.
Rafael se dirigió al balcón, con el rostro sombrío, sacó su teléfono y marcó el número de Pilar.