¿Tuvimos un hijo

Capítulo 17



Capítulo 17

¿Tuvimos un hijo?

Capitulo 17

Anastasia fijó la mirada en el hombre que se preocupaba por ello.

—Acaso le importa mucho mi carácter, Elías? No estoy casada con usted, así que no debería importarle, incluso si me equivoco. All rights © NôvelDrama.Org.

Luego, se dio la vuelta para irse, pero el hombre la tomó de los brazos antes de ponerla contra la pared en un instante, con su rostro cerca y frente al de ella. Al hombre se le notaba la furia en los ojos mientras se decía:

–Supongo que subestimé su capacidad, Anastasia.

–Suélteme, Elías. ilmbécil!

Después de lo ocurrido aquella noche hace cinco años, Anastasia nunca estuvo tan cerca de un hombre, por lo que se apartó, disgustada, cuando percibió el olor de Elías. Sin importar lo guapo que este fuera, a ella le disgustaba cualquier hombre que tocara a Helen; por otra parte, Elías se quedó atónito por unos segundos cuando se le acercó, pues el aroma de Anastasia le recordó a esa noche. Era un similar aroma floral tenue que lo sedujo, así que no pudo evitar pensar en lo suaves que serían los labios rojizos y carnosos de Anastasia si la besaba. Cuando él se dio cuenta de sus pensamientos, la soltó de inmediato, dejándole los brazos rojos por la fuerza con la que la sujeto.

– Aléjese de mí, Elías —le advirtió Anastasia cuando estaba por irse tras abrir la puerta.

Luego de salir, Helen ya tenía puesto otro vestido y estaba recibiendo el consuelo de las demás jovencitas. Al mismo tiempo, todos entraron a la exposición del vestíbulo cuando llegó la hora de

empezar. Cuando Anastasia entró con la multitud, empezó a observar las piezas de joyería como si fuera una experta.

– Me enteré de que esa chica logró entrar usando el nombre del joven de la familia Mendoza. Uno de verdad se encuentra a todo tipo de gente aquí, ¿no?

– Apuesto a que lo hizo con sucias maniobras! Si me entendiste, ya sabes.

– iSi ella solo es una diseñadora insignificante! ¡Estoy seguro de que no puede no comprar un pequeño trozo de diamante aquí!

Anastasia podía oír la conversación entre dos mujeres jóvenes detrás de ella que estaban burlándose. Como pareja de Elías, todas se harían amigas de Helen, así que

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Capítulo 17

+10 perlas

todas se habrían enterado de que Anastasia era una diseñadora de joyas sin nombre. Sin embargo, no podía molestarse con ella mientras se inclinaba para ver uno de sus trabajos antes de que sonara la voz de una mujer atrás de ella:

–Elias, supe que podemos comprar las piezas de joyería que están en la exposición y me gusta esta joya, así que ¿me la puedes comprar? ¡Es un poco costosa, ya que vale diez millones! –preguntó Helen, señalando la joyería de gran valor, tomándolo del brazo.

–Claro, hablaré con el gerente sobre eso más tarde – contestó con una voz grave.

– Está bien. ¡Gracias, Elías! –Ella se aferró con fuerza al brazo de Elías antes de mirar a Anastasia con una expresión desafiante.

Aun así, Anastasia fingió que no oyó a Helen y continuó caminando. En un principio, había venido a disfrutar de la exposición, pero otras mujeres estaban haciéndola sentir incómoda, así que planeó en irse después de ver las piezas de joyería. Asimismo, la mirada de Elías se posó en la figura que estaba de pie frente al mostrador de joyas. Bajo la iluminación, sus bellas facciones y su comportamiento

tranquilo hacían ver a Anastasia tan bella como el diamante que se exhibía.

–Señorita Torres, ¿por qué no olvidamos la mala experiencia que tuvo? — Jonás se le acercó con una copa de vino en la mano antes de preguntarle–: ¿Ya vio algo que le llame la atención?

No podía dejar de pensar en la belleza de Anastasia, además de que su terquedad indomable lo hipnotizaba. «Apuesto que también se comporta así en la cama». Luego de que Jonás escuchara las conversaciones de las otras, diciendo que Anastasia solo era una pequeña diseñadora de joyas, se dio cuenta de que sería más fácil conseguirla debido a su estatus ordinario.

–Vine aquí para disfrutar de la exhibición –le contestó ella, apretando los labios y sonriendo.

–Está bien. Puedo comprarte lo que te guste – le prometió Jonás con generosidad.

Sin embargo, Anastasia supo que no debía aceptar su oferta, así que negó con la cabeza y añadió:

–Estoy bien, gracias. Solo estoy viendo.

Sin embargo, Jonás continuó siguiéndola adonde fuera, sin prestar atención en los precios de las piezas de joya, ya que solo estaba concentrado en Anastasia. Al ver esto, Elías se sintió algo molesto. Como hombre, sabía que Jonás tenía intenciones ocultas

al ser amable con ella; no pudo evitar enfadarse cuando Anastasia se interactuó con Jonás sin ninguna sensación de peligro. «¿Qué no se da cuenta de lo que está pensando Jonás? Sin duda que esta mujer no sabe como protegerse», penso.

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