El empresario del corazon roto

Chapter 8: Un salto de fe



Chapter 8: Un salto de fe

Me arrepiento de haber enviado ese mensaje, pero no porque no quiera contestarle, si no por el hecho

de que no podré hacerlo. Así que vuelvo a meter el móvil dentro de la bolsa interior de mi saco y me

pongo frente a la puerta junto con Vivianne. Se abre inmediatamente.

―Welcome, Mr. Carter will be here in a minute.― Nos dice el mayordomo y ambos entramos al

elegante piso.

Vivianne entra primero y yo lo hago detrás un poco más ansioso de lo normal, no sé si por el mensaje

o porque de pronto me empezará un ataque de pánico ya que son tan espontáneos que no sé cuando

llegarán.

Respiro profundo y trato de tranquilizarme. Pasamos a la sala donde nos instalamos en el sofá

mientras vemos por el hermoso ventanal Central Park haciendo a Vivianne sonreír.

―Nunca había estado en Nueva York.― Me confiesa.

―Yo he estado tantas veces que ya ni me llama la atención.― Respondo con mi ya conocido tono de

amargura.

Vivianne guarda silencio de nuevo y mejor se dedica a ver los archivos que debemos firmar hoy.

"Eres educado" vuelvo a pensar en la voz de Número desconocido.

―Lo siento Vivianne.― Le hablo haciendo que ella me vea.― No era mi intención contestarte así.

―No pasa nada señor Valois, está bien.

―¡Quentin! ― Escucho ese acento marcado de mi socio que sale del pasillo para recibirnos en la

sala.― Lo siento si te hice esperar, todavía que te hago venir hasta acá.

―No pasa nada.― Le hablo.― Ella es Vivianne mi asistente.

―Gusto en conocerla por fin. Pasen, pasen.

Nos levantamos de los sofás y entro al pequeño estudio sintiendo como el móvil me palpita cerca del

pecho, estoy pensando en lo que "Número desconocido" probablemente me haya contestado y debo

admitir que ha hecho que mi imaginación comience a volar ¿cómo se llamará? ¿Ana? ¿Lila? ¿Lorena?

―¿Valois?

―Sí.― Contesto de inmediato.

―Te platicaba que leía el contrato y se me hace impecable, lo firmaré de inmediato y pronto veré lo de

las acciones.

―Excelente.― Respondo.

Vivianne le comienza a mostrar el contrato y yo veo como él toma una pluma fuente de color negro y

comienza a hacer la firma tan grande que denota tu egocentrismo, eso lo sé porque Nadine una vez

me lo dijo cuando la vio, ella decía que la mía estaba bien... y yo le creo.

―Te toca Valois.― Habla sonriente mientras me voltea los papeles y tomo la pluma y hago mi firma

que "está bien". La escribo en todos las hojas y luego dejo la firma en frente del documento y Vivianne

les pone el sello que siempre le pido.

―It's that all ― Me dice Carter mientras enciende un puro.

―That's all, thank you.― Y me pongo de pie.

―¿No te quedarás a comer? ― Me invita.

―No, Vivianne y yo debemos regresar. Muchas gracias.― Me pongo de pie y salgo del estudio.

Vivianne no me dice nada, simplemente me sigue para salir del estudio y luego del piso. Sabe que la

familia Carter me gustan para los negocios pero no los considero mis amigos cercanos. Su hijo me

desagrada, en un patán que sólo se consume el dinero del padre y sólo de pensar que sí Carter muere

tendré que darle la parte que le toca a su hijo me hace pensar en el desperdicio y desastre que

pasarán.

―Bueno Valois, te vas porque quieres.― Insiste.

―Lo siento, hay mucho que hacer, hasta luego.― Hablo rápido y salimos sin más.

Vivianne casi corre por alcanzarme y nos subimos al ascensor. Me ve y sonríe.― Casi ¿no señor

Valois?

―Casi.― Murmuro y suspiro.― Odio socializar.― Le comento.

Vivianne no me responde y simplemente se queda en silencio, sabe que lo que le digo es mentira

porque antes del accidente era una persona más que social. Hacia tantas cenas en mi casa que Nora

me reclamaba porque no le daba tiempo de organizar, y donde iba siempre era una persona alegre,

feliz y carismática; ahora no me bajan de amargado pero en realidad no me interesa.

Bajamos al lobby y Vivianne le toma una foto a Central Park desde la entrada, luego se sube y la envía

por mensaje supongo que al asistente con la que lo vi la otra vez. Saco mi móvil de la bolsa interior y

lo abro, el mensaje de Número Desconocido me espera.

NÚMERO DESONOCIDO

Mi madre me dijo que no hable con extraños.

QUENTIN VALOIS

¿Sabe qué hablas conmigo?

Escribo y envío el mensaje con una sentimiento nuevo en mi que no sé como explicarlo, sólo espero

que no sea un ataque de ansiedad, no puedo creer que esté ¿bromeando? ¿coqueteando? No sé,

sólo me dio la gana responder así.

NÚMERO DESCONOCIDO

¿Eres un desconocido? Pensé que ya nos conocimos bastante bien.

QUENTIN VALOIS

Bueno, entonces me dirás como te llamas.

NÚMERO DESCONOCIDO

No, mejor dime como te llamas tú.

―¿Señor Valois? ― Vuelvo a escuchar a Vivianne.

―Dime.

―Me pregunta la sobrecargo si querrá filete para comer.

―No tengo hambre, pídelo para ti.

―Pero necesita com...

Veo a Vivianne y guarda silencio y comienza a enviar el mensaje. Suspiro.

QUENTIN VALOIS

Me llamo Quentin se pronuncia (Cantan) pero todos me dicen (cuentin), mi padre era francés, mi

madre española.

Lo envío, y me percato que le estoy dando demasiada información a una persona que no conozco y

eso me vuelve un idiota. Quisiera poder borrarlo pero es demasiado tarde, supongo que con Número

Desconocido puedo tener un salto de fe ¿no?

El móvil vibra de nuevo y esta vez lo abro de inmediato para ver lo que me escribió.

NÚMERO DESCONOCIDO

Hola Cantan, bonito nombre, así te guardaré ahora como "Cantan"

QUENTIN VALOIS

¿Cómo me tenías guardado antes?

NÚMERO DESONOCIDO

El Cabrón

De pronto saco una carcajada tan fuerte que Vivianne se asusta y me voltea a ver.

―¿Todo bien? ― Me pregunta preocupada.

Me tranquilizo, me aclaro la garganta.― Sí todo bien.― Contesto sonrojado y no sé porque.

NÚMERO DESCONOCIDO.

¿Cómo me tienes guardada tú?

QUENTIN VALOIS

Número desconocido.

Respondo y por primera vez no cierro el celular para esperar su mensaje, me quedo atento y leo una y

otra vez la leyenda de escribiendo....

NÚMERO DESCONOCIDO

Ahora me siento mal por haberte puesto "el cabrón", pero ya todo arreglado.

QUENTIN VALOIS

¿Estás evitando decirme como te llamas?

NÚMERO DESCONOCIDO

Estoy evitando decirte todo, Quentin, eres casado, excepto que la foto que tienes en tu perfil sean tu

hermana y sus dos hijos.

Veo la foto de perfil que tengo y si es cierto, son mis hijos y mi Nadine.

NÚMERO DESCONOCIDO

He tenido problemas con hombres casados antes, así que, hasta no saber la verdad no te daré mi

nombre.

QUENTIN VALOIS

Entonces no hay nada más que hablar. Hasta luego.

Escribo rápido y después de enviar la respuesta apago el móvil.

―Vivianne, mañana por la mañana quiero que vayas a comprar otro chip para cambiar de número de

móvil.

―¿Pero? Señor...―Le lanzo una mirada y ella sonríe.― Sí señor, mañana mismo.― Y lo apunta en su

agenda.

No sé porque de pronto me comporté así con ella. No sé si porque fui yo quien comenzó la

conversación, le dijo mi nombre y al final, ella no me dio lo que yo esperaba y sólo quería que le diera

más a cambio. No será así. Le juré a Nadine que jamás volvería a abrir con una persona de la manera

como me abrí con ella y que viviría el resto de mis días sin volver a relacionarme con alguien y ahora

llega esta persona tratando de que le cuente más de mi vida, no, jamás pasará.

Me bajo de la camioneta y me subo al avión para regresar a casa, dejo el móvil en la pequeña mesita

y después de acomodar me recargo sobre el asiento cerrando los ojos, para descansar un poco,

vuelvo a quedarme dormido y por primera vez sueño. Veo a mi esposa y a mi Theo, mi hijo mayor

jugando con ella a la pelota mientras ella, embarazada de mi François, sonríe. En mis sueños soy feliz,

soy muy feliz, tal vez debería quedarme dormido para siempre y serlo siempre.

―¿Señor Valois? ― vuelvo a escuchar mi nombre y al abrir los ojos un ligero dolor de cabeza me

llega.

―¿Dime?

―Ya llegamos...― Me dice Vivianne. Content (C) Nôv/elDra/ma.Org.

―¡Ah! Sí... gracias.

Tomo mi móvil, lo prendo y me sorprendo al ver un mensaje de "Número desconocido", lo ignoro por

un momento porque después de lo que le envíe no sé que me vaya a contestar, así que quiero alargar

el momento pero mi curiosidad puede más, así que lo abro antes de bajar del avión.

NÚMERO DESCONOCIDO

Mi nombre es Isabel se proncuncia (Isa-bel) pero todos me dicen Isa.

Sonrío, con ella lo hago tan natural que me asusta.

QUENTIN VALOIS

Gusto en conocerte Isa.

Le respondo y de nuevo, por una razón desconocida, vuelvo a tener un salto de fe.


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