Capítulo 322
Capítulo 322
Esas dos preguntas tenían su filo. Sin embargo, Camilo no mostró signos de incomodidad en su rostro, me hizo señas con el dedo: “Acércate, te lo diré.”
Me movi simbólicamente unos centímetros y le dije: “Dime.”
El espacio dentro del auto era limitado y aparte del conductor, no había nadie más, ¿por qué hacerlo tan misterioso?
Él también se inclinó ligeramente hacia mí, sus ojos brillaban con un tono juguetón, llevando su actitud provocativa al limite: “No soporto a la gente demasiado torpe.”
Me enderecé bruscamente y le lancé una mirada: “¿Entonces debería agradecerte por iluminarme?”
“No me importaría.” Sonrió cortèsmente.
Siempre con esa actitud tan provocativa. Pero, eso no borraba el hecho de que me había ayudado, bajé la mirada y le dije: “Gracias por lo de antes.”
Sus hermosos dedos tocaban intermitentemente el borde de la ventana mientras decía: “Si no hubiera venido, ellos también te habrían dejado ir.”
“Pero de todos modos, habrías tenido que seguir sufriendo.”
Las Monroy madre e hija no dejarían las cosas así tan fácilmente. Especialmente después de que todo estallara en internet, ella desataria toda su furia sobre mi. Después de desahogarse, yo estaría medio
muerta.
“No será asi.
Camilo sonrió de forma vaga, como si lo hubiera visto todo: “Si te quedas un poco más en la familia Monroy, las cosas que explotan en internet van a aumentar. Las mujeres como Abril son confusas Luis Monroy… es astuto.”
“¿En serio…?”
Pobre Isaac. Por un lado, se comprometia con la familia Monroy y par otro, intentaba salvarme buscando problemas con ellos.
Camilo me lanzó una mirada de reojo y me preguntó:Qué, te preocupa tu exmarido?”
El tono sarcástico era inconfundible.
Lo miré y le pregunté: “¿Crees que Isaac haría cualquier cosa por mi?”
“El calcula demasiado, vive demasiado agobiado.” Camilo se recostó perezosamente en el asiento, con los párpados caídos y su voz era laxa: “Así que, no.”
“Entonces, ¿de qué me preocupo?”
Isaac siempre habla sido consciente de las responsabilidades que llevaba. Desde pequeño, su abuelo tenia grandes esperanzas en él, especialmente después de que su abuelo muriera, Montes Global Enterprises solo podía depender de él. ¿Cómo se atrevería, cómo podría, por algulen tan insignificante como yo, arrastrar a Montes Global Enterprises al barro?
Camilo parecia sorprendido y fijo: “No lo habria imaginado, no eres tan ingenua en el amor.”
“Tú eres el ingenuo.” Le devolvi sus palabras.
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Capitulo 322
Él sonrió, pero había un tono de amenaza: “¿Qué dijiste?”
Como si, si me atreviera a decir algo desagradable, me lanzaría de vuelta al frío glacial en ese mismo
momento.
Uno no podía desafiar el poder bajo el techo de otro. Sonrei, tratando de parecer lo más sincera posible en mi elogio y le dije: “Dije que eres un hombre sin igual, que ha mantenido su pureza por una novia perdida hace veinte años, eres increíblemente leal.”
Levantó una ceja, aceptando el elogio: “Sigue elogiándome, me gusta escucharlo.”
Verdaderamente sabía cómo aprovechar la situación.
Miré hacia fuera de la ventana del auto, vi un callejón no muy lejos, y de repente recordé algo, miré a Camilo y le pregunté: “¿Podemos parar en la entrada de ese callejón?”
Me miró con curiosidad. Content is property © NôvelDrama.Org.
“Voy a recoger algo.”
No continuó la conversación, solo dio instrucciones al conductor: “Paremos un momento aquí.”
– по
El auto se detuvo, salí y, en el viento helado, intenté correr hacia el callejón, pero mi rodilla estaba un poco lastimada y me dolia. Mi postura era inevitablemente extraña. Afortunadamente, a esa hora, había mucha gente pasando. Encontré un taller de cerámica, el ceramista me reconoció y rápidamente me entregó dos piezas de cerámica que ya había horneado.
“Señorita Coral, esta la hiciste tú, y esta la hice según la foto que me diste.”
“Está bien, gracias.
“¿Quieres que lo empaque?”
“No, solo dame una bolsa.”
Al salir del taller, llevando la bolsa de papel ecológica en mi mano, regresé por donde vine y sub
carro.
“Cami…….” Iba a hablar, pero me di cuenta de que ya se había vuelto a dormir.
Me senté en silencio, pero de su pecho salió un sonido. “Mmm?”
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