Capítulo 43
Capitulo 43
Cuando ella dijo que un asesino la estaba acechando, ful yo quien terminó yendo en su lugar para atraer al criminal. Yuria era egoista y todo el mundo lo vela claro, excepto Renán, que no lograba ver a través de ella. Lucas miró a Renán con profundidad, gera realmente tan ingenuo o había algo más que no conocíamos? “Lo siento, ya no tengo el vestido rojo“, balbuceo Yuria, reacia a ceder. Ella simplemente no quería que la policia encontrara nada.
Renán se quedo helado por un segundo: “Pero si todavia tenias uno, el que dijiste que te encantaba, el que yo te compre“.
“Se, se arruino en la lavadora, los colores se mezclaron y lo tiré“, continuó Yuria con titubeos.
Renán no dijo más. Helda ya estaba lan enfurecida que tenia los ojos rojos, como si estuviera interrogándolo: “Dime la marca y el estilo del vestido, yo iré a comprarlo“.
Renan guardo silencio por un largo rato antes de hablar: “Es de la nueva colección de otoño de LY, el único modelo de vestido largo rojo que tienen“.
Escuchar esas palabras de Renan todavia me dolia en el corazón. A los dieciocho años, le pregunté qué regalo quería y yo dije: “Un vestido, me gusta el estilo de LY“.
El dijo que si, pero después, cada año, los vestidos que compraba ya no eran para mí.
que no te
Helda le echó una mirada a Renán y no quiso decir más; pero al final le dijo: “Solo espero que no arrepientas“.
Lucas la siguió: “Esa tal Yuria, tiene un problema“.
*Oficial Lucas, ¿podemos hacerlo rápido?“, Helda ya no podia más en cuanto entró al ascensor.
“Te lo ruego, déjame intentarlo. No me strevo a imaginar lo que Nayra debe estar pasando ahora, te lo
ruego“. C0pyright © 2024 Nôv)(elDrama.Org.
Lucas tomó una profunda inhalación y asintió: “Bien, primero te acompaño a comprar el vestido, luego partimos desde este hotel. Me disfrazaré de Yuria, tranquila, yo te protegere“.
Helda asintió, apretando sus manos: “Tengo que atrapar a ese asesino“.
“Lucas, tienes que cuidarla bien“, yo no paraba de hablar, aunque sabía que Lucas no podía oirme, seguia hablando. “Tienes que protegerla bien, por favor“.
Esa noche, Helda se puso el mismo modelo de vestido que Yuria, se alisó el cabello y salió del hotel con una mascarilla. Yo estaba inquieta y la segul, temia que le pasara algo malo.
Helda primero fue al bar, bebió hasta emborracharse, con el cabello despeinado. Para que no sospecharan y actuar de manera creible, realmente bebió alcohol. Yo estaba al borde de las lágrimas sentada a su lado, diciéndole: “Helda, no temas, siempre estoy contigo“.
Queria ser su ángel guardián, protegerla siempre, pero no podía hacer mucho. La policía había hecho todo para que todo saliera bien, solo temian por la seguridad de Helda.
Ella caminaba tambaleante sola hacia afuera, por el viejo callejón afuera del Club Éxtasis.
De repente, un leve ruido vino de atrás. Miré nerviosamente hacia la oscuridad del rincón, temblando de miedo.
“Mira, yo, un fantasma, también temo a los corazones humanos“.
Lo que realmente asustaba no eran los fantasmas, sino el corazón de las personas.
“Helda ten cuidado“, dije nerviosa, fijando la vista en la oscuridad.
“Lucas, ¿dónde están ustedes?“, gritaba asustada, pero no me olan.
Una sombra paso de largo, corriendo hacia la distancia, y los policías escondidos la persiguieron. Senti un miedo inexplicable, como si fuera una distracción.
“Helda…“, nerviosa, queria agarrarla y huir juntas, pero ya era demasiado tarde. Una figura emergió de la oscuridad.
Vestia una sudadera con capucha, pantalones que no le ajustaban bien, mostrando una cicatriz en el tobillo y arrastraba un palo largo.
“No, no te acerques!“, grité aterrorizada, pisoteando el suelo. “Helda, corre, Helda!“.
Era el asesino, ¡tenia que serlo! Era Kent.
“No es“, la voz de Kent era ronca, mirando a Helda sentada en el suelo. “No es ella“.
Esa persona murmuraba para si mismo, con los ojos rojos de rabia, su hermoso rostro mostraba un brillo siniestro.